La realidad Acerca de Oraciones Para La Virgen Maria De Guadalupe

oraciones para la virgen maria de guadalupe

Por ello, estad alegres, cielos, y los que moráis en sus tiendas. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, pues ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde viejo por boca de sus santurrones profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros contrincantes y a través de todos y cada uno de los que nos odian; ha realizado de esta manera la misericordia que tuvo con nuestros progenitores, recordando su santa coalición y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de miedo, arrancados a través de nuestros enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.

“Atrae la felicidad divina, purifica el alma y distancia al demonio. Señor Jesús, Pelícano bueno, límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que solo una gota puede dejar en libertad de todos los crímenes a todo el mundo. Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que nunca se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a tu protección y también implorado tu socorro, haya sido desprotegido. Nosotros, pecadores, animados con tal seguridad, asistimos a ti oh Madre, Virgen de las Vírgenes, a ti venimos, enfrente de ti nos mostramos gimiendo. No quieras, oh Madre, menospreciar nuestras súplicas, antes bien escúchalas y cúmplelas. Cantos, oraciones y medites en inglés y español para poder rezar la novena a la Virgen de Guadalupe, entre las devociones más queridas entre los Católicos Hispanos. A continuación te dejamos el texto de la oración leída por el Cardenal Aguiar.

Oración A La Virgen María En El Mes De Mayo

Concede a estos hijos, la felicidad de una aceptable muerte, a fin de que en unión contigo podamos disfrutar para toda la vida de la eterna felicidad. ¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este sitio manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te vamos y preséntanos ante tu Hijo, Jesús, único Redentor nuestro. Madre de clemencia, Profesora del sacrificio escondido y discreto, a ti, que sales al acercamiento de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y nuestro amor. Te consagramos asimismo nuestra vida, nuestro trabajo, nuestras alegrías, nuestras patologías y nuestros dolores. Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; puesto que todo cuanto tenemos y somos lo ponemos bajo tu precaución, Señora y madre nuestra.

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Una Oración A Nuestra Señora Para La Sanación

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu intención en la tierra como en el cielo. Creo en el Espíritu Santurrón; la Santa Iglesia Católica; la Comunión de los Santos; el perdón de los pecados; la resurrección de los muertos; y la vida eterna.

Danos hoy nuestro pan de cada día; disculpa nuestras ofensas, como también perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Mira, Señor, a este pobre pecador, creado y redimido por Ti.

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Consuela el mal de quienes padecen. Da acierto a las resoluciones de quienes nos gobiernen. Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y causan padecimiento y muerte. Protege a las familias, a nuestros niños, jovenes y jóvenes, a nuestros pueblos y comunidades. Que como acólitos misioneros tuyos, ciudadanos causantes, sepamos ser promotores de justicia y de paz a fin de que en Ti, nuestro pueblo tenga vida digna. María Reina de la Paz, suplica por nosotros.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, pues fuiste degollado y por tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y hiciste de para nuestro Dios un reino de curas y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Estáte, Señor, conmigo siempre, sin nunca partirte, y cuando decidas irte, llévame, Señor, contigo; porque el meditar que te vas a ir me causa un horrible miedo de si sin ti me quedo, de si tú sin mí te vas.

Récese cuatro Salves en memoria de las 4 apariciones y después se reza la oración de cada día. Asiste a los líderes de las naciones, a fin de que actúen con sabiduría, diligencia y generosidad, socorriendo a los que carecen de lo necesario para vivir, planificando resoluciones sociales y económicas de largo alcance y con un espíritu de solidaridad. Protege a los médicos, a los enfermeros, al personal sanitario, a los voluntarios que en este periodo de urgencia enfrentan en primera línea y arriesgan sus vidas para salvar otras vidas. Acompaña su heroico esfuerzo y concédeles fuerza, bondad y salud. En la dramática situación de hoy, llena de sufrimientos y angustias que oprimen a todo el mundo, asistimos a ti, Madre de Dios y Madre nuestra, y buscamos refugio bajo tu protección. te solicitamos que les concedas la gracia de la sanación y la liberación.

Señor, tú me llamaste para salvar al planeta ahora agotado, para querer a los hombre que , Padre, me diste como hermanos. Señor, me quieres para abolir las guerras y calmar la miseria y el pecado; llevar a cabo tremer las piedras y espantar los lobos del rebaño. Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad; sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre. Espere Israel en el Señor en este momento y por siempre y en todo momento. Pésame Dios santo y me arrepiento de todo corazón de haberte insultado.

• Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, ya que un Dios se recrea, en tan divertida belleza.
• Custodio y padre de vírgenes, San José, a cuya leal custodia fueron encomendadas exactamente la misma inocencia, Cristo Jesús, y la Virgen de las vírgenes, María.
• Antes querría haber fallecido que haberte insultado; propongo firmemente no pecar más y evitar las oportunidades próximas de pecado.

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Mi madre. Según el plan de Dios, consigue para mí la curación que necesito.

Madre María, protégenos y contribuye a todos y cada uno de los que confiamos en ti, a ser fieles custodios de la vida que Dios nos ha dado. Te lo pedimos por tu Hijo, Jesús, con la confianza de que lo que pidamos por tu intercesión nos será concedido. Virgen Muy santa, que habiendo agradado al Señor fuiste escogida para ser su Madre, Inmaculada en cuerpo y alma, dirige piadosa una mirada sobre estos hijos que te imploran tu protección. La serpiente infernal, contra la cual fue lanzada la primera maldición, sigue atacando ferozmente y tendiendo nudos a los desterrados hijos de Eva. Ved que, aquí postrado delante del trono de tu Majestad, te elijo por mi Reina y mi Señora, y con este fundamento deseo plegar el señorío y dominio que tienes sobre mí; quiero depender de ti y deseo que los designios que tiene de mí la Providencia divina, pasen por tus manos. Dispón de mí como te agrade; los hechos y lances de mi vida deseo que todos corran por tu cuenta.

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