Lo que No Sabes sobre Oracion Virgen Maria

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Salve Reina de misericordia, Señora del mundo, Reina del cielo, Virgen de las vírgenes, Sancta Sánctorum, luz de los ciegos, gloria de los justos, perdón de los pecadores, reparación de los agobiados, fortaleza de los abatidos, salud del orbe, espéculo de toda pureza. Lleve a cabo tu piedad que el mundo conozca y experimente aquella felicidad que hallaste frente al Señor, consiguiendo con tus beatos ruegos perdón para los pecadores, medicina para los enfermos, fortaleza para los cobardes, consuelo para los afligidos, auxilio para los que peligran. Esperanza nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir siempre a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a regresar a , mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en el sacramento de la penitencia que trae sosiego al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos y cada uno de los santurrones sacramentos, que son como las huellas que ti Hijo nos dejó en la tierra. El avemaría es una clásico oración católica encargada de María, la madre de Jesús de Nazaret. La primera parte de la oración tiene fundamento bíblico en el Evangelio según san Lucas y es la oración primordial del Ángelus y del rosario. Maria, bendita señora, ruega por todos y cada uno de los que a ti solicitamos a tu Santísimo hijo, nuestro guía, Señor y Salvador.

Alumbra esta vida mia, a veces enceguecida, sin ansias ni esa y completamente empobrecida. Hazme, pequeña Maria, luz en estos días y resplandor en la oscuridad del alma mia. Hazme niño, pequeño y dulcisimo a fin de que el Buen Dios escriba lo que ha querido de esta vida, para su gloria y como verdad que alumbra.

Oración Para El Mes De Mayo

Me arrodillo espiritualmente delante de tu sagrada imagen, que dejaste prodigiosamente impresa en el manto de Juan Diego y, con la fe de los innumerables peregrinos que procuran tu intercesión, te pido que me concedas esta gracia (haga aquí su petición). Te suplico, Nuestra Señora de Guadalupe, que me concedas lo que solicito, si es conforme a la voluntad de Dios, para que yo pueda ser testigo de tu amor, tu clemencia, tu ayuda y protección. No me olvides en mis pretensiones.

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(oración A La Virgen Del Carmen)

Desde el instante en que inició su Pontificado en 2013, el Papa Franciscoha hablado en múltiples ocasiones sobre la relevancia de laVirgen María para la Iglesia católica, destacando su fe, su caridad y su amor sin límites. Aquí te traemos cuatro oraciones dirigidas a la Virgen María, Madre de Dios, a fin de que puedas acercarte a a lo largo de este mes de las mamás. Por tu justicia, presente en nuestros corazones, reine la paz en el mundo. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santurrón, Dios, por los siglos de los siglos.

Contempla esta enorme mies, y también intercede a fin de que el Señor infunda apetito de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorga rebosantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te solicitamos por todos los obispos, para que conduzcan a los leales por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas. Madre de misericordia, Profesora del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todos nuestro ser y todo nuestro amor. Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan divertida hermosura. A ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Mi madre. María, mi madre, enséñame a comprender mi sufrimiento como lo haces y a soportarlo en unión con el sufrimiento de Jesús.

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a fin de que, ayudados con tu felicidad, ofrezcamos una hostia digna y aceptable en la presencia de la suma y única Trinidad. Virgen Muy santa de Guadalupe, Madre y Reina de nuestra patria. Aquí nos tienes humildemente postrados ante tu espectacular imagen.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; en tanto que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y madre nuestra. Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestro corazón libre de mal y de odios, podremos llevar a todos la verdadera alegría y la auténtica paz, que viene de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Oh Virgen, Madre de Dios, Inmaculada María, nos ofrecemos y consagramos a ti, bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Prodigiosa. Que esta medalla sea para cada uno de nosotros, prenda del amor que nos tienes, y nos recuerde nuestros deberes para contigo.

En Ti ponemos toda nuestra esperanza. eres nuestra vida y consuelo. Estando bajo tu sombra protectora, y en tu maternal regazo, nada vamos a poder temer. Ayúdanos en nuestra peregrinación terrena y también intercede por frente tu Divino Hijo en el instante de la muerte, a fin de que alcancemos la eterna salvación del alma.

Bendice su generosidad que da vida a la devoción a ti y contribuye a promover la fe en tu Hijo, Jesús. Santísima María, tal como lo hiciste con santa Catalina Labouré, derrama abundantes gracias sobre todos los integrantes de la Asociación, sobre sus familias y sus conocidos cercanos.

Que siempre y cuando la llevemos nos bendiga tu amorosa protección y nos conserve en la gracia de tu Hijo. Oh Virgen vigorosa, consérvanos siempre junto a ti en todos y cada uno de los instantes de nuestra vida. Concede a estos hijos, la gracia de una aceptable muerte, para que en unión contigo tengamos la posibilidad disfrutar para siempre de la eterna felicidad.

Derrama, Señor, tu gracia en nuestros corazones a fin de que, los que hemos conocido por el anuncio del ángel la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Muerte, lleguemos a la gloria de la Resurrección. Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas y cada una de las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, en este momento y en la hora de nuestra muerte.

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Por eso le regalaremos en cada día de su mes una meditación, una oración, una decena del Santo Rosario y una florecilla. De esta manera vamos a ir formando un ramo de flores para nuestra Reina del Cielo que nuestros ángeles custodios le van a llevar en actitud de veneración. Oh María, oh dulcísima, oh dueña mía!. Vengo a entregarte lo poco que tengo , pues sólo tuyo soy a fin de que lo coloques en oblación frente al Trono de nuestro Señor. Te doy mi voluntad, a fin de que no permanezca más y sea siempre y en todo momento la Intención del Padre Celestial. Dios, Padre de los pobres y de los humildes, ha elegido a María para templo de su gloria. A dirigimos nuestra confiada oración.

• Que esta Medalla sea para cada uno de , prenda del amor que nos tienes, y nos recuerde nuestros deberes para contigo.
• ¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia!
• Realice tu piedad que el mundo conozca y experimente aquella felicidad que tú hallaste ante el Señor, consiguiendo con tus beatos ruegos perdón para los pecadores, medicina para los enfermos, fortaleza para los pusilánimes, consuelo para los afligidos, auxilio para los que peligran.

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