Lo que usted Puede saber Acerca de Oracion A La Virgen Maria en solo 10 minutos

oracion a la virgen maria

Oh Virgen, Madre de Dios, Inmaculada María, nos ofrecemos y consagramos a ti, bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Que esta medalla sea para todos nosotros, prenda del amor que nos tienes, y nos recuerde nuestros deberes para contigo. Que siempre que la llevemos nos bendiga tu cariñosa protección y nos conserve en la gracia de tu Hijo. Oh Virgen vigorosa, consérvanos siempre a tu lado en todos los momentos de nuestra vida.

Al pie de la Cruz compartiste el mal de Jesús, con fe inquebrantable. hoy ofrecemos gracias y alabamos al Señor por tu bendito nacimiento. Te brindamos estas 2 preciosas oraciones para celebrar y agradecer a Nuestra Madre en su cumpleaños. María, mujer de la decisión, alumbra nuestra mente y nuestro corazón, a fin de que sepamos obedecer a la Palabra de tu Hijo Jesús sin vacilaciones; danos la valentía de la resolución, de no dejarnos arrastrar para que otros orienten nuestra vida. Y que esta luz de la fe crezca continuamente en , hasta que llegue el día sin ocaso, que es el mismo Cristo, tu Hijo, nuestro Señor. Es por eso que te alcanzamos cuatro de las oraciones más preciosas que el Papa Francisco le ha dedicado a la Virgen María, Madre de Dios.

Oración De Los Fieles

Santísima Virgen, tú acompañas por los caminos de todo el mundo a los que expatrian en pos de trabajo y de pan. Tú que conoces asimismo el exilio, mira piadosa nuestra condición y bendiciendo a quienes nos hospedan, vela, te suplicamos, más que nada a aquellos a quienes la necesidad ordena a dispersarse, y a quienes la fraternidad ajena acoge asociándolos al esfuerzo común de los propios trabajos. Muy santa y también Inmaculada Virgen María, oh Mi madre, a ti que eres la Madre de mi Señor, la Reina de todo el mundo, la Abogada, esperanza y refugio de los pecadores, vengo ahora a soliciar tu bendición.

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Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos sacramentos, que son como las huellas que ti Hijo nos dejó en la tierra. Al mismo tiempo, deseando ser verdaderos cristianos, y por esto, merecedores de las miradas de Dios y de tu protección, te suplicamos humildemente, tierna Madre nuestra llenes nuestra alma del espíritu de oración, de humildad y de mortificación de nuestras pasiones.

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Cordero de Dios, que quitas el pecado de todo el mundo, escúchanos, Señor. Cordero de Dios, que quitas el pecado de todo el mundo, perdónanos, Señor.

Me arrodillo espiritualmente delante de tu sagrada imagen, que dejaste prodigiosamente impresa en el manto de Juan Diego y, con la fe de los innumerables peregrinos que procuran tu intercesión, te pido que me concedas esta felicidad (haga aquí su solicitud). Te suplico, Nuestra Señora de Guadalupe, que me concedas lo que pido, si es de conformidad con la intención de Dios, a fin de que yo pueda ser testigo de tu amor, tu misericordia, tu ayuda y protección. Mayo es el mes de las flores y de la primavera. Los días se vuelven largos, el sol nace temprano y se pone tarde.

Nuestra vocación de Vicentinos consiste en servirte prestando asistencia a la gente desfavorecidas de todo el mundo entero. Señor, protege a tus servidores de todas las patologías transmisibles, que se tienen la posibilidad de contraer a lo largo de las visitas y ocupaciones de caridad fabricadas en tu nombre. Cadena de oración con la Virgen María y el santo Antonio Federico Ozanam. Amada María, dulce madre mía, libérame de mis contrincantes que corroen mi alma y la maldad que está en mi acecho, eternamente estaré agradecido y a ti van a ser mis sentimientos de devoción y fidelidad.

• Santísima Virgen, tú acompañas por los caminos de todo el mundo a los que expatrian en busca de trabajo y de pan.
• Protege a los médicos, a los enfermeros, al personal sanitario, a los voluntarios que en este periodo de urgencia enfrentan en primera línea y exponen sus vidas para salvar otras vidas.

Sí, eres nuestra Madre; la Madre de Dios es nuestra Madre, la más tierna, la más clemente. Y para ser nuestra Madre y cobijarnos bajo el mantón de tu protección te quedaste en tu imagen de Guadalupe. , que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que piden tu amparo; escucha la oración que con filial seguridad te dirigimos y preséntala frente tu Hijo Jesús, único redentor nuestro. Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan divertida hermosura. A ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Mi madre.

Escucha benigna la confiada oración, que en la presente necesidad, elevamos a tu clemencia, si es para gloria de Dios y bien de nuestras almas. Llenos nuestros corazones de absoluta confianza, asistimos a tu maternal aprecio. Somos pecadores y no merecemos tu protección.

Pequeña y dulce María, princesa mía, sin pecado concebida, estrella de mis días y desde pequeña la mas especial profecía. Alumbra esta vida mía, en ocasiones enceguecida, sin ansias ni dicha y totalmente empobrecida. Hazme, pequeña Maria, luz en estos días y resplandor en la obscuridad del alma mia. Hazme niño, pequeño y muy dulce a fin de que el Buen Dios escriba lo que ha querido de esta vida, para su gloria y como verdad que alumbra. Animado por esta seguridad, a vos asisto, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me animo a comparecer ante vos. Pequeña y dulce Maria, princesa mia, sin pecado concebida, estrella de mis dias y desde pequeña la mas especial profecia. Ilumina esta vida mia, en ocasiones enceguecida, sin ansias ni dicha y completamente empobrecida.

Madre amantísima, incrementa en el mundo el sentido de pertenencia a una única y gran familia, tomando conciencia del vínculo que nos une a todos, a fin de que, con un espíritu fraterno y solidario, salgamos en ayuda de las numerosas maneras de pobreza y ocasiones de miseria. Anima la solidez en la fe, la perseverancia en el servicio y la perseverancia en la oración. Virgen Muy santa, que habiendo agradado al Señor fuiste elegida para ser su Madre, Inmaculada en cuerpo y alma, dirige piadosa una mirada sobre estos hijos que te imploran tu protección. La serpiente infernal, contra la cual fue lanzada la primera maldición, prosigue atacando ferozmente y tendiendo lazos a los desterrados hijos de Eva. Salve Reina de misericordia, Señora del mundo, Reina del cielo, Virgen de las vírgenes, Sancta Sánctorum, luz de los ciegos, gloria de los justos, perdón de los pecadores, reparación de los agobiados, fortaleza de los abatidos, salud del orbe, espéculo de toda pureza. Haga tu piedad que el mundo conozca y experimente aquella gracia que hallaste frente al Señor, obteniendo con tus beatos ruegos perdón para los pecadores, medicina para los enfermos, fortaleza para los cobardes, consuelo para los afligidos, auxilio para los que peligran. El avemaría es una tradicional oración católica dedicada a María, la madre de Jesús de Nazaret.

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