Probablemente la mayor verdad sobre Oraciones Ala Virgen Maria al descubierto

oraciones ala virgen maria

, pecadores, animados con tal confianza, asistimos a ti oh Madre, Virgen de las Vírgenes, a ti venimos, delante de ti nos mostramos gimiendo. No desees, oh Madre, menospreciar nuestras súplicas, antes bien escúchalas y cúmplelas. María, mi madre, enséñame a entender mi padecimiento como lo haces tú y a aguantarlo en unión con el padecimiento de Jesús. En tu amor de madre, tranquilidad nuestro temor y incrementa nuestra confianza en el misericordioso amor de Dios. Escucha benigna la confiada oración, que en la presente necesidad, elevamos a tu clemencia, si es para gloria de Dios y bien de nuestras ánimas. por tu mediación damos infinitas gracias a Dios por el favor que dispensaste a tu querida sierva, Santa Catalina Labouré, apareciéndote pura y sin mácula de pecado, ofreciéndole como antídoto de todos los males la Medalla Prodigiosa.

Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras anomalías de la salud y nuestros dolores. María, Madre de Nuestro Señor, con humildad pedimos que derrames tus bendiciones sobre todos y cada uno de los miembros de la Asociación de la Medalla Prodigiosa. Bendice su generosidad que da vida a la devoción a ti y ayuda a promover la fe en tu Hijo, Jesús.

Oración A La Virgen De La Medalla Milagrosa

Te solicitamos, Señor, infundas tu felicidad en nuestras psiques, a fin de que los que conocimos por el mensaje del ángel el secreto de la encarnación de tu Hijo, seamos conducidos a la gloria de la resurrección, por los méritos de Su Cruz y Pasión. Pequeña y dulce María, princesa mía, sin pecado concebida, estrella de mis días y desde niña la mas perfecta profecía.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- a favor de Abrahán y su descendencia por siempre. María, mujer de la acción, haz que nuestras manos y nuestros pies se muevan “deprisa” hacia los demás, para llevar la caridad y el cariño de tu Hijo Jesús, para llevar, como tú, la luz del Evangelio al mundo. María, mujer de la decisión, alumbra nuestra cabeza y nuestro corazón, para que sepamos obedecer a la Palabra de tu Hijo Jesús sin vacilaciones; danos la valentía de la decisión, de no dejarnos arrastrar para que otros orienten nuestra vida. Ayúdanos a fiarnos de forma plena de él, a opinar en su amor, más que nada en los instantes de tribulación y de cruz, cuando nuestra fe es llamada a crecer y a madurar.

Cinco Mamás Que Alcanzaron La Santidad Por Ser Ejemplares

La gracia de la que está colmada es la existencia de Aquél que es la fuente de toda felicidad. En la primera parte de la oración se recopila el saludo del ángel, del enviado del Señor.

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Oración de consagración a la virgen María, para ofrecerle nuestra alma. Oración de la noche a la virgen María, para confiarle nuestro descanso. Oración de la mañana a la virgen María, para empezar el día con ella. A continuación, tres ejemplos de oraciones a María que fueron escritas por santos muy conocidos, así como una selección de oraciones a Nuestra Señora, las que se adaptan a diferentes pretensiones. Concluimos esta linda oración, rezando fervientemente una Ave María con la mayor devoción.

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Enséñame, oh Virgen María, a ser dulce y bueno en todos y cada uno de los hechos de mi vida; en los desengaños, en el abandono de otros, en la falta de sinceridad de aquellos a quienes creí, en la deslealtad de esos en quienes confié. Ayúdales, Virgen María, a asumir con amor y generosidad, la hermosa tarea que Dios mismo les encomendó, como gestoras y protectoras de la vida en sus diferentes etapas. De una manera especial te rogamos por aquellas madres que, por distintas situaciones, tienen dificultades para cumplir cabalmente, su misión.

Ilumina esta vida mía, en ocasiones enceguecida, sin ansias ni esa y completamente depauperada. Hazme, pequeña Maria, luz en estos días y resplandor en la obscuridad del alma mia. Hazme niño, pequeño y muy, muy dulce a fin de que el Buen Dios escriba lo que ha amado de esta vida, para su gloria y como verdad que alumbra.

te venero, oh gran Reina, y te doy gracias por tantos favores que me has hecho anteriormente; pero más que nada te doy gracias por librarme de todos los males. Te amo, oh Señora dignísima de todo amor, y por el amor que te tengo, prometo de ahora en adelante servirte, y llevar a cabo todo cuanto de mí dependa para que otros te amen. En ti pongo mi seguridad y mi promesa de salvación. Recíbeme como a tu siervo y cúbreme con tu manto de protección, tú que eres la Madre de la clemencia.

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Salve Reina de clemencia, Señora del mundo, Reina del cielo, Virgen de las vírgenes, Sancta Sánctorum, luz de los ciegos, gloria de los justos, perdón de los pecadores, reparación de los desesperados, fortaleza de los abatidos, salud del orbe, espejo de toda pureza. Haga tu piedad que el planeta conozca y experimente aquella gracia que tú hallaste ante el Señor, consiguiendo con tus santurrones ruegos perdón para los pecadores, medicina para los enfermos, fortaleza para los pusilánimes, consuelo para los afligidos, auxilio para los que peligran. Míranos postrados reverentes frente su sagrada imagen y concédenos benigna tu amorosa protección. Te encomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre el Papa y la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el planeta, las mías propias y las de mis familiares y amigos. Acompaña con tu amor delicado y profundo, a aquellas mujeres que se encuentran desorientadas y miedosas, frente a su futura maternidad; y a las que, de una u otra forma, son inducidas a cegar la vida de sus hijos, en el momento en que apenas empieza. A ti que eres, por gracia especial de Dios, el modelo de todas las mamás, te solicitamos el día de hoy, por todas y cada una de las madres del mundo.

Santísima Virgen, tú acompañas por los caminos de todo el mundo a los que expatrian en busca de trabajo y de pan. que conoces asimismo el exilio, mira piadosa nuestra condición y bendiciendo a quienes nos hospedan, vela, te suplicamos, sobre todo a aquellos a quienes la necesidad ordena a dispersarse, y a quienes la fraternidad extraña acoge asociándolos al esfuerzo común de los propios trabajos. Muy santa e Inmaculada Virgen María, oh Mi madre, a ti que eres la Madre de mi Señor, la Reina de todo el mundo, la Letrada, promesa y refugio de los pecadores, vengo en este momento a soliciar tu bendición.

Ea ya que, señora, letrada nuestra, regresa a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María.

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• Además de esto, puedes unirte a la comunidad “los cinco minutos de María”, y recibir una reflexión acerca de nuestra Señora, para unirnos de a poco en el cariño a nuestra madre muy santa.
• Maria, bendita señora, suplica por todos y cada uno de los que a ti solicitamos a tu Muy santo hijo, nuestro mentor, Señor y Salvador.

Madre de Dios y Madre nuestra, implora al Padre de misericordia que esta dura prueba termine y que volvamos a hallar un horizonte de promesa y de paz. Como en Caná, intercede ante tu Divino Hijo, pidiéndole que consuele a las familias de los enfermos y de las víctimas, y que abra sus corazones a la esperanza. te solicitamos que les concedas la felicidad de la curación y la liberación. Al pie de la Cruz compartiste el mal de Jesús, con fe inexpugnable.

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