Señales de advertencia sobre Rezo A La Virgen Maria que Necesita saber

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Por su sencillez y por el hecho de que favorece la oración en común, el Santurrón Rosario ha tenido una gran aceptación en el pueblo simple de toda la catolicidad. Por servirnos de un ejemplo, ha comprometido su protección y enormes graciasa esos que lo recen; dijo asimismo que es un arma poderosa para no ir al infierno, para eliminar vicios, disminuir los pecados ydefendernos de las herejías, y que el alma que se encomiende a en el Rosario no perecerá. A través de esta oración conocemos más a la Virgen Muy santa y la sentimos más cercana de . La hacemos nuestra intercesora y nuestra medianera frente su Hijo y ante Dios Padre.

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Letanías A La Virgen

Se aproxima el mes de mayo, en el que el pueblo de Dios manifiesta con especial intensidad su amor y devoción a la Virgen María. En este mes, es tradición rezar el Rosario en el hogar, con la familia. Las limitaciones de la pandemia nos han “obligado” a valorizar esta dimensión doméstica, también desde un punto de vista espiritual. Creo en el Espíritu Beato, en la Santa Iglesia Católica, en la Comunión de los Santurrones, en el perdón de los errores, en la resurrección de la carne, y en la vida eterna.

Preferían exponerse a la desaparición antes de faltar a sus asambleas, en las que tenían la seguridad de que Jesús les hacía compañía. Veamos, pues, cómo hay que rezar el rosario para agradar a Dios y hacernos beatos. Quien reza el rosario debe hallarse en estado de gracia o estar, cuando menos, resuelto a salir del pecado. Nos ponemos en sus manos «en este momento», en el el día de hoy de nuestras vidas. Y nuestra confianza se ensancha para entregarle desde este instante, «la hora de nuestra muerte». Que esté presente en esa hora, como estuvo en la desaparición de su Hijo al pie de la cruz y que en la hora de nuestro tránsito nos acoja como madre nuestra para conducirnos a su Hijo Jesús, al Paraíso, a nuestra felicidad eterna en el pleno y eterno amor de Dios. María, Madre de Nuestro Señor, con humildad solicitamos que derrames tus bendiciones sobre todos los integrantes de la Asociación de la Medalla Milagrosa.

De Qué Forma Honrar A La Virgen María Y Una Oración Para Las «Madres En Su Día»

¡Apártate de los desalmados, pueblo de Dios, almas predestinadas! Para huír de y salvarte —en la mitad de cuantos se condenan por su impiedad, falta de devoción y ociosidad—, decídete, sin pérdida de tiempo, a rezar con cierta frecuencia el santurrón rosario, con fe, humildad, confianza y perseverancia.

Me arrodillo espiritualmente delante de tu sagrada imagen, que dejaste milagrosamente impresa en el mantón de Juan Diego y, con la fe de los innumerables peregrinos que buscan tu intercesión, te estoy pidiendo que me concedas esta gracia (realice aquí su solicitud). Te suplico, Nuestra Señora de Guadalupe, que me concedas lo que solicito, si es de conformidad con la intención de Dios, para que pueda ser testigo de tu amor, tu misericordia, tu ayuda y protección. Salve Reina de clemencia, Señora de todo el mundo, Reina del cielo, Virgen de las vírgenes, Sancta Sánctorum, luz de los ciegos, gloria de los justos, perdón de los pecadores, reparación de los agobiados, fortaleza de los abatidos, salud del orbe, espejo de toda pureza.

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A causa de la mala costumbre que tienes de rezar precipitadamente, te costará al comienzo hacer estas pausas. Pero una decena recitada pausadamente va a ser más meritoria que mil rosarios rezados a la carrera, sin pensar ni hacer las pausas. El segundo defecto en que se cae ordinariamente al rezar el rosario es no tener otra intención que la de acabarlo próximamente. Esto proviene de considerar el rosario como algo oneroso y tremendamente pesado hasta haberlo terminado, sobre todo si te has obligado a rezarlo en conciencia o te lo han impuesto como penitencia o como más allá tuyo. Que todos nosotros en especial a lo largo de este tiempo de pandemia intensifiquemos nuestras oraciones a Dios a través de María por las necesidades propias y las de todo el mundo entero.

¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este sitio manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos y cada uno de los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te vamos y preséntanos ante tu Hijo, Jesús, único Redentor nuestro. Madre de misericordia, Profesora del sacrificio escondido y discreto, a ti, que sales al acercamiento de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y nuestro amor. Te consagramos asimismo nuestra vida, nuestro trabajo, nuestras alegrías, nuestras patologías y nuestros dolores. Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; puesto que todo cuanto tenemos y somos lo ponemos bajo tu precaución, Señora y madre nuestra.

Es un amor filial que, como el niño, sabe confiar en su Madre y complacerla con lo que a le gusta. El Avemaría es indudablemente una de las primeras oraciones que aprendimos cuando éramos niños. Es una oración sencilla, un diálogo muy sincero nacido del corazón, un saludo cariñoso a nuestra Madre del Cielo. Al mismo tiempo, deseando ser reales cristianos, y por esto, merecedores de las miradas de Dios y de tu protección, te suplicamos humildemente, tierna Madre nuestra llenes nuestra alma del espíritu de oración, de humildad y de mortificación de nuestras pasiones. Obtennos lealtad en el cumplimiento de nuestros deberes religiosos y perseverancia en el bien hasta la muerte. “Además de esto, les ofrezco 2 textos de oraciones a la Virgen que tienen la posibilidad de recitar al final del Rosario, y que mismo afirmaré a lo largo del mes de mayo, unido espiritualmente a .

No podemos decir que adoramos a María, pues solo se adora a Dios (en heleno, latría), pero a nuestra Madrecita del Cielo le debemos una veneración particular (hiperdulía) sobre los demás santurrones, introduciendo los ángeles. El cariño hacia María enriquece nuestra fe, la hace más intensamente humana, nos acerca a Dios por un sendero de dulzura. Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, ya que todo un Dios se recrea, en tan divertida hermosura. A ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Mi madre.

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Con su amor materno protege de los hermanos de su Hijo, que peregrinan y se discuten entre peligros y angustias y luchan contra el pecado hasta que sean llevados a la patria feliz. De ahí que, la Bienaventurada Virgen en la Iglesia es invocada con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora.

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Derrama, Señor, tu gracia en nuestros corazones para que, los que hemos conocido por el aviso del ángel la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Muerte, lleguemos a la gloria de la Resurrección. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santurrón.

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